Ayer, pasó algo extraordinario y estoy un poco preocupada. Estaba jugando en mi habitación con Ñam y Glub, cuando de repente oímos un ruido muy alto fuera de la habitación. Todos nos miramos buscando una explicación. Ñam empezó a moverse rápidamente alrededor nuestro. Glub dejó el muñeco con el que estaba jugando y se acerco a mi oído.
- ¿Has oído eso?
- No – le contesté yo.
De repente, volvió a sonar el mismo ruido. Y todos nos volvimos a mirar.
- Ha vuelto a sonar –dijo Glub- ¿Lo has oído?.
- Si, ¿qué es?
- No lo se.
Pasó un momento que pareció eterno, y nada pasó. Nos volvimos a mirar todos.
- No habrá sido nada – dijo Ñam volviendo a nadar frenéticamente alrededor de Marina, la osita de peluche.
- ¿No? –pregunté.
- Supongo que no –dijo Glub.
Volvimos todos a jugar y nada más se oyó. Así estuvimos un buen rato hasta que mamá vino a buscarme. Me cogió porque era la hora de la merienda, con tanto ruido no me había dado que cuenta que estaba hambrienta.
Salimos de la habitación y empezamos a bajar las escaleras. Justo cuando casi no veía la planta de arriba, me fijé en la ventana y vi como salía por ella una rana azul, pero no saltaba, tenía alas y volaba. En ese momento avisé a Ñam y Club, que venían con nosotros flotando a la altura de mi cara.
-¿Habéis visto la rana?.
- ¿Qué rana?- dijo Glub.
- No, no, yo no he visto nada, ¿dónde estaba?
- Acaba de salir por la ventana- dije.
- Pues no, no, pero ahora no hay nada, en casa no hay ranas, no debería haber ranas, ¿no?- dijo Ñam.
- Nunca hemos visto una rana, pero mira, la ventana está abierta, quizás haya entrado por ahí.
- Estaba volando, con unas alas blancas.
- ¿Quizás deberíamos acercarnos a mirar?-dijo Glub.
- No, no, ¿y si es una rana asesina? O ¿quiere secuestrarnos? No, no, creo que no deberíamos ir, puede ser muy peligroso.
- Era bonita y parecía divertida- dije.
- Pues entonces voy a ver si está ahí- dijo Glub.
- No, no vayas, ¡es peligroso!- dijo Ñam.
- No lo creo, yo si pudiera iría- dije.
- Pues entonces iré- dijo Glub.
Ya estábamos en la cocina y vimos con Glub se alejaba hacia las escaleras. Vimos como las subía y nos hacía unos gestos. Después de eso nada pasó. Pasó una eternidad y seguía sin pasar nada. Ñam esta muy nervioso, angustiado, pero nada pasaba.
De repente, mamá empezó a usar la batidora que sonaba muy fuerte y nos dimos un susto de muerte, pegamos un salto increíble. Ñam no hacía más que dar vueltas sobre mí a toda velocidad. Me estaba mareando.
Pasado un rato mamá apagó la batidora y poco después me dio la papilla de frutas. No comí casi nada, no tenía hambre. Mamá insistía pero tenía el estómago cerrado. Ni siquiera Ñam probó bocado, ahora sólo flotaba de un lado al otro de la puerta de la cocina, mirando a la escalera.
Después de la papilla, mamá nos llevo al salón a jugar y ver los dibujos, pero seguía sin pasar nada. Intentábamos jugar pero nada pasaba. Yo estaba muy triste y no hacía nada más que llorar. Ñam no dejaba de flotar alrededor de la escalera, que está en medio del salón. Mamá estaba muy preocupada.
Todo siguió normal, hasta ahora, que nos hemos despertado y Glub sigue sin aparecer. Ñam y yo estamos muy tristes. ¿Cuándo volverá?.
lunes, 23 de febrero de 2009
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